Islandés

Islandia es un lugar de belleza atemporal, naturaleza indomable y el hogar de una de las razas de caballo más robustas del mundo. Fueron los exploradores vikingos quienes introdujeron los caballos en esta isla; se los consideraba tan fundamentales para la supervivencia que se han ganado una posición de respeto en la cultura islandesa. Las duras condiciones climáticas hacían que solo los más fuertes prevalecieran, así que se creó una ley en el año 982 por la que se prohibía la importación de este animal, y los caballos que abandonaran el lugar jamás podrían regresar. ¿El resultado? Una raza completamente libre de influencias externas durante más de mil años.

Ese milenio de aislamiento, junto con la brutalidad de la naturaleza y el tipo de crianza convirtieron al caballo islandés en una raza particularmente robusta, fuerte y astuta, poseedora de una tranquilidad que solo confiere pasarse siglos sin ningún depredador. A pesar de tener un tamaño similar al de un poni, pueden transportar adultos y cargas pesadas sin dificultad, además de considerarse caballos por derecho propio. ¡El idioma islandés ni siquiera tiene una palabra para "poni"! Los caballos islandeses son una raza que cuenta con dos pasos especiales innatos: el tölt, fluido y sencillo, perfecto para recorrer largas distancias sin cansar al caballo ni a su jinete; y el paso de vuelo (también conocido como "quinta marcha"), que es muy rápido, pero también agotador, por lo que es más adecuado para realizar carreras cortas. No solo eso: está raza está disponible en múltiples tonalidades y marcas, lo que incluye un color específico que solo posee una familia de caballos. Ellert frá Baldurshaga fue el primer caballo del mundo con el gen dominante blanco W21, que crea Ýruskjóttur (es decir, "motas"). Por suerte, ¡hemos podido incorporar este inusual pelaje a los caballos islandeses de Jorvik!

Los caballos islandeses se adaptan a sus jinetes, por lo que son ideales para trabajar, jugar con ellos o realizar carreras, sin importar que seas novata o una experta en hípica. Las asociaciones de cría de todo el mundo conceden la oportunidad de cabalgar con un islandés, y el programa de Jorvik ha ido de maravilla en los últimos años.

El caballo islandés será un amigo leal de por vida, dispuesto a enfrentarse a cualquier ventisca para que no pases frío y llevarte de vuelta a casa cuando pierdas el rumbo.